sábado, 28 de diciembre de 2013

Reencuentros

Hace poco escribí sobre el miedo que me da y lo poco que me gusta volar en avión. Sin embargo, a pesar de lo poco que me gusta eso, me encantan los aeropuertos, me gustan muchísimo. ¿Os habéis parado a pensar alguna vez en la de historias que se pueden sacar de un aeropuerto?. Es uno de esos lugares en los que me podría sentar en un banco y pasarme la tarde observando a la gente que está a mi alrededor. Y si hay un día, en especial, en el que me gustan, ese es el día de Nochebuena. De hecho es mi lugar favorito para pasar esa tarde. Desgraciadamente, vivir en una ciudad que posiblemente tenga uno de los aeropuertos más pequeños de todo el país no ayuda. Pero bueno, aún así, ahí estuve yo la tarde del día 24, recibiendo a mi amiga María después de que se hubiera pasado los últimos cuatro meses estudiando en Hong Kong.

La Navidad siempre ha tenido eso de especial, que cada uno vuelve a su casa, con su familia y los aeropuertos son los lugares donde se entremezclan reencuentros, lágrimas, besos y abrazos, los lugares donde las familias se vuelven a completar. Mientras esperaba a María no podía quitarme de la cabeza la canción de “vuelve a casa vuelve, por Navidad”. Año tras año, El Almendro nos trae de nuevo este anuncio y yo no puedo evitar emocionarme cada vez que lo veo.




Los tiempos cambian, todo se renueva, desaparecen unas tradiciones y se crean otras. Sin embargo, siempre hay cosas que continúan, cosas que permanecen. Cada año el día de Nochebuena los aeropuertos se llenan de gente ilusionada por volver a casa y pasar unos días con los amigos y la familia. Y es que, lo mejor de las despedidas es que siempre traen reencuentros.

Así pasé yo mi tarde de Nochebuena, viendo como familias enteras llegaban al aeropuerto. Nerviosos miraban las pantallas y se situaban enfrente de la puerta de llegadas. Y entre tanto llegó María que, sorprendida, sin haberse esperado encontrarnos ahí y con los ojos llenos de lágrimas, vino corriendo hacia nosotras para darnos un largo abrazo. 



3 comentarios:

  1. Ayyyy q bonita y entrañable entrada. Fue una tarde perfecta y muy especial, nunca lo habia pensado, pero ciertamente es un dia unico para contemplar los aeropuertos o estaciones, lugares donde se reencuentran tantos sentimientos.

    El caso de Maria fue fantástico, parecio un reencuentro de pelicula, pero que cierto es que LA REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN :D

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  2. Aaaaaaay preciosa entrada! Me emociono al leerla. La verdad que no me esperaba veros allí y me emocioné mucho... Qué crédula soy! Siempre me creo todas vuestras mentirijillas; a este paso ya debería conoceros mejor, pero siempre caigo!
    En fin, pienso que es muy cierto lo que dices de los aeropuertos, siempre lo he pensado, y me emociona especialmente haber vivido una de esas historias de las que hablas. Me sentí como en un película, corriendo a cámara lenta hacia vosotras. Me alegra ver que a ti también te emocionó el momento y espero que queden muchos más. Como dice Maite, la realidad supera la ficción, y en este caso la realidad fue genial, como tú y tu entrada, simplemente geniales.

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  3. ohh que guay!!! yo tambien quiero un reencuentro así... jaja pero cuenta razón hay. y que es verdad.. en los aeropuertos es donde se dan más besos de amor verdaderos, se ven lágrimas de pena sinceras... y rrencuentros maravillosos. ya sé que es lo que voy a hacer yo durante las horas que tengo de espera en el aeropuerto de barcelona, pararme a mirar a la gente, seguro que me entretengo jaja

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