Hoy llueve y acabo de
hacer café.
Hoy por fin llueve. Hace casi dos
meses que duermo en mi nueva habitación, que tiene el techo abohardillado, y
todavía no había conseguido despertarme en mitad de la noche viendo la lluvia
golpear el cristal que tengo encima de la cama. Pero hoy por fin llueve. Y no
digo por fin sólo por eso, eso de hecho es lo que menos importancia tiene, pero
llueve por fin y esta última semana era especialmente necesario.
Nunca me han gustado las tardes
sin planes, los días vacíos ni pasar demasiadas horas metida en casa… Pero hoy
por fin llueve y yo acabo de hacer café. Mientras cojo la taza caliente y me lo
voy bebiendo, abro el ordenador y escucho música. Empiezo a escribir. Se oye
algo de lluvia de fondo, no demasiada. Y coches, muchos coches, porque cuando
llueve eso no nos lo pensamos, nos lanzamos al volante.
Hoy casi llego tarde al trabajo porque las carreteras estaban imposibles. Los niños han llegado mojados, alguno
llevaba la mochila cubierta con una bolsa y hoy, por fin, he visto el perchero lleno
de pequeños chubasqueros. En el pasillo se veían las huellas de todos los pies
mojados que iban entrando a sus clases y hoy, por fin, hemos tenido que
encender las luces para tener luz en vez de bajar las persianas para que no
entre el sol.
Aún me queda media taza de café,
suena otra canción, pero sigue lloviendo.
Hoy también entra poca luz en
casa, a pesar de las grandes ventanas que tengo. Me he puesto calcetines para andar
por aquí y he colgado en la ducha a secar el paraguas que esta mañana he tenido
que coger antes de salir de casa. Voy a aprovechar para sentarme dentro de un
rato en el sofá y llamar a casa. Hablar con mi padre, con mi madre e incluso
también con mi abuela, porque hoy llueve y prefiero quedarme en casa.
Hoy por fin, después de casi dos
meses, voy a darme la ducha caliente antes de cenar, en vez de mañana después
de desayunar. Esta tarde no voy a salir porque por fin llueve y no me apetece
mojarme. Me apetece terminarme el café, seguir escribiendo, continuar
escuchando música, leer un rato…
“¿Y por qué hoy no podemos salir
al patio en el recreo?” No sé cuántas veces he oído esa frase esta mañana. Pues
porque hoy por fin llueve y está todo lleno de charcos.