jueves, 23 de marzo de 2017

Los tiempos

En lo que llevo de curso creo que he oído más veces que en toda mi vida frases del tipo “pero eres muy joven…”, “pero con todo lo que aún te queda por vivir…”, “pero qué joven eres para…” y un largo etcétera que se repite cada vez que conozco a alguien y le explico qué hago, dónde vivo, de qué trabajo y todas esas cosas.



Sinceramente, no creo que se sea muy joven o muy mayor para algo, creo que cada persona tiene sus tiempos. Nunca he pensado demasiado en si tengo pocos o muchos años para hacer algo. Si tengo pocos o muchos años para viajar, si tengo pocos o muchos años para irme a vivir fuera de casa, si tengo pocos o muchos años para prepararme unas oposiciones…

Creo que la vida de cada persona va marcando sus propios momentos y que cada uno tiene su propio ritmo. El otro día me decía mi amiga Maite que, a tres meses de terminar la carrera, la mayoría de sus compañeros ya han conseguido un trabajo para el año que viene, pero que ella todavía no se sentía como para buscar trabajo, no sabía qué quería, no se veía en el mismo lugar que ellos… Y claro, todo eso le agobiaba. Que lo entiendo, que agobia, pero no pasa nada.

No es malo pararse a ver qué se quiere y olvidarse un poco del qué toca ahora. Y es que a veces parece que la vida tiene que llevar un ritmo fijo. El momento en el que debemos empezar la universidad, el momento en el que hay que empezar a trabajar, el momento en el que la gente se empieza a casar…

Pero la verdad es que nadie es más por conseguir algo antes y nadie es menos por conseguir algo más tarde. Las personas son lo que son y lo son cuando son, más allá de la edad. Cada uno tiene su historia, su situación personal, su camino, su vida y sus tiempos.

Entiendo que hay cosas que pueden sorprender, pero no creo, para nada, que salirse del “momento” sea malo. En realidad, sólo se trata de conocerse a sí mismo y seguir el propio ritmo. Lo importante es saber qué quieres hacer en cada momento y entender que nunca es demasiado pronto para dar ese paso, pero que, por suerte, generalmente tampoco suele ser demasiado tarde. 

miércoles, 22 de marzo de 2017

Un poco de campo...

Últimamente me ha dado por el campo, la montaña… Y eso que hace dos años, cuando estaba a punto de terminar la carrera y soñaba con qué haría meses después, me daba por verme en alguna gran ciudad, echando currículums por Madrid y trabajando por allí.

Pero como nunca se sabe y la vida nunca deja de sorprender, resulta que dos años después he terminado donde nunca hubiera pensado. Ahora mi trabajo se sitúa en un pequeño pueblo, rodeada de campo, montañas, animales y naturaleza… Y yo que ya me veo cual protagonista de una novela, lejos de todo y perdida entre árboles y piedras, no puedo sacarme el campo de la cabeza.




De repente, ir al campo se convierte en uno de mis planes más deseados. Hacer una barbacoa, ponerme ropa cómoda, salir a andar, hacer fotos desde lo alto, montar en bici… Ahora que llega la primavera, salir de la ciudad y estar en un pueblo se me mete en la cabeza y es lo que más me apetece hacer en mi tiempo libre.

A veces resulta que lo que nunca hubieras pensado te sorprende y te regala una nueva forma de pasar el tiempo. Me apetece sol, aire, flores, campo y montaña. De momento parece ser que esta primavera la pasaré al aire libre, esperemos que el tiempo acompañe, ya os seguiré contando por dónde van los tiros…