Tú misma. Tú misma y nadie más,
porque eres lo mejor que tienes y lo que siempre vas a tener. Quiérete tal como
eres y quiérete con lo que eres, no por lo que tienes o lo que tendrás, ni por
lo que fuiste, o por lo que crees que algún día serás.
Quiérete como eres hoy.
Eres única. Con tus cosas sí,
esas que te hacen diferente y también esas que quizás no te gustan tanto. Pero eres
tú, tú y nadie más, y sólo eso te hace especial. Sólo eso te hace ser un mundo
por descubrir, un pequeño mundo totalmente dentro de ti. Tienes la inmensa
suerte de ser tú, no lo desperdicies.
Quizás a veces no te aprecies
tanto como te mereces. Quizás a veces busques demasiado a otras personas
cuando, en realidad, no deberías necesitar que nadie decidiera si eres o no
feliz. No te dejes manejar por otros, no te dejes menospreciar, no permitas que
nadie te haga sentir inferior. No lo permitas porque no lo eres, ni tú ni
nadie.
Conócete. Descubre eso que se te
da bien, eso con lo que disfrutas, eso en lo que destacas porque, créeme, todos
tenemos algo. Poténcialo. Potencia lo que te hace ser mejor y aprovéchalo. Saca
siempre lo mejor de ti. No lo desperdicies, ponlo al servicio de lo que te
rodea y muéstraselo a los demás. Tienes todo un mundo esperándote fuera. Trabájate
la felicidad, porque no llega sola, pero llega si la buscas. Lucha por ser
feliz, por encontrar el camino que te pertenece, aquello que te hace levantarte
cada día con ganas.
Lucha siempre por lo que te
pertenece. Lucha por lo que se te da bien y por lo que te hace sentir bien. Lucha
por tus ilusiones y tus sueños, porque sí, eso te pertenece y sí, eso se
cumple. Pero hay que currárselo, porque lo fácil no existe.
Pero, sobre todo, quiérete. Quiérete
porque al final tú eres lo mejor que tienes y lo más preciado. Cuando tú estás
bien, poco a poco llega todo. Cuídate y mímate, date caprichos. Cuida tu mente
y tu persona. Quiérete mucho. Nútrete de las personas que te rodean, cuida a la
gente que te quiere, pero cuídate también a ti misma y disfruta también de ti.
A veces, realmente, no necesitas
a nadie más. De verdad.
Tú misma.