martes, 26 de noviembre de 2013

Adelantando la Navidad...

Desde que empecé a escribir el blog tengo el chip cambiado. Nunca he sido especialmente creativa así que muchas veces no escribo porque me faltan ideas. Últimamente les insisto a mis amigas para que me den ideas de nuevas cosas a tratar, pero siempre me dicen los mismo, que escriba sobre ellas. Ellas sí que son poco originales. Así que me paso el día fijándome en todo lo que me ocurre, a ver si algo me sirve para sacar una entrada. Y así me pasó ayer, que hablando con una amiga, me contó una cosa que me llamó mucho la atención y se me encendió la bombilla. Atentos a lo que me dijo, porque es muy curioso…

Resulta que en Venezuela Maduro ha decidido adelantar la Navidad y dar comienzo a ésta el 1 de noviembre. Parece ser que en Navidad todo el mundo se vuelve mejor persona, está más alegre, se reúne con los familiares y amigos, desea felices Pascuas a los vecinos… así que él, para promover el bienestar, la alegría y la paz en su país, ha decidido adelantarla un mes y medio y hacerla más duradera.

Dejando aparte el tema de si la Navidad es algo que se puede alargar y acortar en función de los intereses de las personas, he de decir que es una cosa curiosa. Curiosa y a la vez triste. Parece que las personas no somos tan malas como lo parecemos y en cierto momento del año hay algo que toca nuestra fibra sensible y nos hace ser mejores. Es curioso que haya algo que nos haga apartar nuestras diferencias, dejar atrás nuestros problemas, olvidarnos de las cosas malas y vivir más felices durante dos semanas (o dos meses para los venezolanos). Pero también es triste. Es triste porque si somos capaces de vivir así dos semanas, ¿Por qué luego se nos olvida todo y volvemos a ser como siempre?. ¿No sería más fácil saludar al vecino y desearle buenos días a diario?, ¿y reunirnos en familia más a menudo?, ¿y pensar en los demás un poquito más que en uno mismo de manera cotidiana?. Llegados a este punto me entra la duda de si seríamos capaces de ser así todo el año y de si a Maduro le saldrá bien o para cuando llegue el 25 de diciembre ya estarán todos cansados de las reuniones familiares, los villancicos y los deseos de felices Pascuas.

Las personas somos impredecibles. Estamos llenas de rencor, odio y maldad pero a la vez somos capaces de hacer los mayores gestos de bondad, amor y solidaridad. Sin embargo, yo creo que la parte buena gana a la mala y, para que veáis que no soy una ilusa, termino la entrada de hoy con un poco de historia. En el año 1914, durante la primera guerra mundial, ocurrió una de las cosas más tristes y a la vez bonitas de la historia del ser humano. El 24 de diciembre, inmersos de lleno en la guerra, las tropas británicas luchaban contra las alemanas en el frente occidental. Al acercarse la noche, los alemanes comenzaron a adornar sus trincheras y a cantar villancicos. Las tropas británicas se unieron a esos cantos y ambos bandos comenzaron a cantar juntos y a desearse feliz Navidad. También se intercambiaron regalos (cigarrillos, bebidas..) y rezaron un salmo todos juntos. Después de esa noche todo volvió a la normalidad pero durante unas horas bajaron las armas y celebraron la Navidad todos juntos. Parece sacado de una película, pero es algo real, es historia. Sin duda, algo increíble y emocionante.



No hay comentarios:

Publicar un comentario