Después de lo que ha ocurrido este fin de semana en París y lo que lleva ocurriendo desde hace mucho tiempo, día tras día, en países como Siria o Irak, a una se le quitan las ganas de escribir sobre cualquier cosa. Mirar nuestro planeta y observar todo esto es desesperanzador. No sólo por lo que podamos vivir aquí en el futuro, sino por lo que están sufriendo millones de personas en el presente.
No podemos olvidarnos de todos ellos, de los
miles de asesinatos que hay cada día en todo el mundo, de que cada vida vale
oro. Sin embargo, tampoco creo que debamos vivir con miedo, asustados de lo que
nos pueda llegar, tristes por todo lo que está pasando…
Y, sobre todo, nunca debemos perder la
esperanza.
Por eso, me ha gustado mucho la iniciativa de Marta en la que habla de sus 50 razones para vivir. Porque si nos olvidamos de
esto, de lo más importante, de la vida; si nos vence el terror, entonces son
ellos los que ganan.
Aquí van mis 50 razones para vivir,
especialmente dedicadas a las 50 razones de todas estas personas que
trágicamente han perdido la vida este fin de semana.
1.
Las noches de verano.
2.
Las tormentas vistas a través de la ventana.
3.
Las flores.
4.
Los calcetines de lana en invierno.
5.
Los reencuentros.
6.
La Navidad.
7.
Las palomitas en el cine.
9.
Nuestra mañana del 24 de diciembre.
10.
Las miradas cómplices.
12.
Mis millones de planes de futuro.
14.
El olor a café.
17.
Los desayunos.
18.
Las sorpresas.
19.
Los viajes (aunque sean en avión).
20.
Las noches de peli, sofá y manta.
21.
El olor a limpio.
23.
El momento de empezar un nuevo libro.
24.
Los batidos de chocolate.
25.
Las guitarras.
26.
Nuestros skypes, noche tras noche.
27.
Las tartas de cumpleaños. Con muchas velas.
29.
Las trenzas.
31.
Las librerías.
32.
Las comidas especiales entre semana.
33.
Las canciones del disco de Maite. Y su coche.
34.
Las peleas de churros.
35.
Las buenas noticias.
36.
Las bodas.
37.
Las chimeneas en invierno.
38.
“No cansarse nunca de estar
empezando siempre”
39.
El arcoíris.
40.
Los vídeos de cuando mi hermano y yo éramos pequeños.
41.
El patio de un colegio a la hora del recreo.
42.
Los regalos por que sí. “Porque me ha recordado a ti”.
43.
El sorteo de la lotería en la radio el día 22 de diciembre.
44.
La nieve.
45.
Nuestros amigos invisibles cada Navidad, que de invisibles tienen muy
poco.
46.
Patinar sobre hielo.
47.
Hacer reír.
48.
Las comidas familiares.
49. El olor a leche caliente.
50. Los álbumes de fotos.
La vida es maravillosa y, por eso, debemos
trabajar día a día para que a nadie le sea quitada mucho antes de lo que
debería.
De las 50 me siento identificada con... digamos 48, porque oye.. miradas cómplices también hay.. y skype?? para que los quiero si te tengo todos los días, el viaje a Toledo fue lo más ;), soy como una de tu familia... así que las comidas familiares también me las apunto y las demás también molan mogollón
ResponderEliminarComo siempre... MAGNIFICA!!!!!!!
(L)
Es que tú te apuntas a un bombardeo ;)
EliminarMuchas gracias guapaa!
Qué bonito, Irene! Me han encantado tus razones. :)
ResponderEliminarUn abrazo fuerte!
Muchas gracias Marta!! ;)
EliminarYo también añadiría mirar al cielo y ver a todas las aves migrar haciendo formas preciosas
ResponderEliminarY reconocer el bello aparejo toledano en los diferentes edificios, pero ya no había más espacio para añadirlas!
EliminarPreciosa lista Irene! Me he unido a la cadena y he hecho mi lista en el blog: www.whatifeelandlove.blogspot.com Espero que te guste!! Coincidimos en algunas!!!!
ResponderEliminarGracias mi estimada! Muchas felicidades<3
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