Se acabó el verano y hemos de aceptarlo. Hay
que dejar de pensar en las tardes tranquilas, las mañanas durmiendo, las noches
al aire libre… y cuesta, cuesta mucho. Pero, ¿para qué vamos a darle más
vueltas? Si total, es lo que hay. Dicen que la felicidad no consiste en hacer
lo que uno quiere, sino en querer lo que uno hace. Pues eso, queramos lo que
hacemos, nuestro día a día, nuestra vida. Enamorémonos de todo ello.
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Para mí septiembre es el mes de los comienzos
y siempre me ha gustado, siempre lo he cogido con ganas. Yo siempre he hecho mi
lista de buenos propósitos ahora y no en enero. A este mes lo considero, en
cierta manera, el comienzo del año nuevo y, por eso, toca plantearse nuevos
objetivos.
- Leer mucho. Mi relación con los libros es un poco montaña rusa. En julio
me leí ocho, ni más ni menos, en agosto no me he leído ninguno. Me encanta
leer, pero paso por temporadas. O me los devoro y dedico mis horas a pasar una
página tras otra, o me da pereza coger alguno. Este año espero que se parezca
más a lo primero que a lo segundo, aunque de momento septiembre empieza
pareciéndose más a agosto que a julio…
Vía pinterest |
- Ser organizada. Esto ya no es un deseo, esto es necesidad. Todos los
años llega el final del verano y me apunto a millones de cosas para hacer
durante el curso. Luego ya llega el momento, no tengo tiempo para nada y me
arrepiento una y mil veces de ese “yo” del verano que se aburría tanto que pensó
que no parar en todo el año era lo mejor que podía pasarle.
Este
año estoy dispuesta a organizarme bien cada momento, a no agobiarme y a
entender que cada uno llega a lo que puede, que hay unas cosas más importantes
que otras y que mientras los días sigan teniendo 24 horas, una no puede hacer imposibles.
- Ver a mis amigas con asiduidad. Que luego llega el invierno, llevamos
toda la semana sin parar, hace frío y el juntarnos empieza a dar un poco más de
pereza. El whatsapp sirve para mantener contacto, pero el cara a cara es mucho
mejor y no debemos olvidarlo.
- ¡Positividad! Esta es primordial, que luego el invierno se hace largo
(sobre todo en el norte…), el curso comienza a pesar, y estas ganas del inicio
desaparecen por completo. No quiero perder de vista esos pensamientos positivos
que ayudan a levantarse cada mañana de la cama con ganas, a hacer miles de
cosas, a compartir cada día algunos ratos con la gente que está a mi lado…
El verano se termina y el curso puede hacerse
largo pero, a fin de cuentas, en nuestro día a día es donde determinamos quiénes
somos y a dónde vamos, donde nos pasan las grandes cosas. Llegó el momento de
aprovechar cada día y seguir caminando hacia donde de verdad queremos. ¡Mucho
ánimo a todos!
Ze ona! A por ello!
ResponderEliminarPerfecta como siempre, pero reconozco que la 3 es la que más me gusta (L)
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