lunes, 7 de abril de 2014

Pasa el tiempo...

El paso del tiempo es algo incomprensible para mí. Bueno, en sí me parece algo fascinante. No existe en este mundo cosa más exacta. Una hora compuesta por sesenta minutos, un minuto compuesto por sesenta segundos. Nada más preciso y puntual que el tiempo.




Y, de la misma manera que no hay nada más preciso, tampoco hay nada más inevitable. Los años pasan y nada se puede hacer ante esto. Día tras día, año tras año, vas creciendo y, aunque muchas veces no quieras hacerlo, no te queda otra. Puedes estancarte y negar el paso del tiempo, pero estarás auto engañándote porque los años no pasan solos, los años te llevan con ellos.

Es curioso, puede que te hayas pasado la infancia queriendo crecer, soñando cómo serás cuando seas mayor pero, cuando llegas a serlo, darías lo que fuera por volver a ser pequeño. La verdad es que esperar la llegada del futuro no tiene mucho sentido porque, al final, acabará llegando.

Así, deseando crecer, mirando al futuro, soñando qué traerá, acabas encontrándote con que ya ha llegado ese día. Ya has crecido, ya estás en ese futuro hacia el que dirigías tu mirada y ya no eres un niño. No sabes exactamente cuándo sucedió. No sabes cuándo creciste, ni cuándo cambiaste de etapa, pero ya lo has hecho y no hay vuelta a atrás, ya eres mayor.




Ya no vas al colegio ni juegas al escondite. Ya no son tus padres quienes deciden por ti, ni están a todas horas diciéndote qué hacer. Ya no basta con jugar en el recreo para mantener a los amigos. De repente te encuentras con que toda tu vida cuelga de tus manos. De tus manos y de las de nadie más. Otras personas te podrán ayudar pero tu futuro depende sólo de ti, de lo que tú quieras y de lo que tú hagas.

A veces esto puede dar vértigo. Da vértigo pensar que te has convertido en una persona hecha y derecha. Una persona autosuficiente que quizás depende de muchas otras pero que no cuelga de nadie. Ahora estás tú, tú y nadie más.

Tendrás que aprender a quererte, a aceptarte como eres y luchar por mejorar. Tendrás que entender que estás rodeado de gente pero tu vida es tuya y ya nadie va a decidir por ti. Ya ha llegado el momento de avanzar solo. Estarás rodeado de personas pero no podrás ir de la mano de nadie.

Sin embargo, lo más importante es entender que ha sido un gran paso, un cambio enorme, pero no el último. Ya no eres niño pero todavía estás creciendo. El tiempo nunca para, el tiempo sigue avanzando y, si no quieres quedarte atrás, tendrás que aprender a avanzar con él. 



1 comentario:

  1. Nada tan inevitable como el paso del tiempo y, a la vez, tan fascinante. El transcurso de la vida, la llegada de nuevas oportunidades, experiencias vividas...
    Me ha encantado.

    ResponderEliminar