jueves, 10 de abril de 2014

Bienvenida primavera

Ya estamos inmersos en una nueva estación, la primavera, la estación de las flores. Días primaverales en los que el sol brilla pero todavía hace frío. La primavera, la estación del nacimiento. Donde el invierno deja troncos muertos, árboles secos, pobres jardines, la primavera vuelve a traer vida. En las ramas de los árboles, hasta ahora desnudas, se empiezan a ver crecer las primeras hojas. Las flores se animan a ir cubriendo los jardines. Los pájaros vuelven a invadirnos de nuevo, construyen sus nidos, se les puede oír de fondo.

Levantarnos por la mañana y que ya haya amanecido. El sol se va asomando lentamente entre los edificios y las farolas ya están apagadas. Salimos a la calle y hace fresco, más bien frío, pero se respira el aire primaveral, en unas horas el sol calentará, calentará mucho. Toca cambiar el coche por la bici, menos autobuses y más paseos.




El paraguas ya se queda encerrado en casa (aunque sin olvidar que “en abril, aguas mil”). Adiós a los guantes, gorros y bufandas. Vuelven al fondo del armario hasta el próximo invierno. Ahora es tiempo de sacar las gafas de sol. Tiempo de cambiar los gordos jerséis, las botas y plumíferos por chaquetas, zapatillas y cazadoras.

Las terrazas de los bares se llenan de gente, las calles están repletas de personas paseando. Vuelven a abrir sus puertas las heladerías. Menos chocolate caliente y más granizados, menos cafés y más batidos. Cuesta encontrar un banco libre para sentarse porque todos están repletos de personas que ya abandonan los sofás de casa. Los hierbines se llenan de cuadrillas que comparten conversaciones sentados sobre la fresca hierba. Se pueden ver niños jugando por todos lados.




El sol todavía no calienta excesivamente y se pueden aprovechar sus rayos. Los días se alargan. Es como si les añadiéramos alguna hora de más. Todo parece antes, a las ocho todavía es pronto, todavía se aguanta en la calle, aún se puede estar tomando algo. Es tiempo de llegar a casa más tarde, aunque al día siguiente toque madrugar. La noche dura menos y hay que aprovechar al máximo las horas de luz.

Y, con todo esto, el buen humor inunda las calles. Los días se presentan de otra manera, todo se ve mucho más positivo. Ya está sobrepasado el invierno, se acabaron los oscuros días y el frío helador. Ahora florece de nuevo la primavera y nos anuncia que otro curso va tocando su fin y, ya pronto, llegará el verano.





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