miércoles, 29 de enero de 2014

¿Por qué?

Cuando las cosas no van todo lo bien que deberían. Cuando nuestras expectativas no se cumplen. Cuando, sin saber exactamente el qué, hay algo que no funciona. Cuando hay gente a nuestro alrededor, mucha, pero aún así nos sentimos solos. Cuando las esperanzas empiezan a caer. Cuando sacar una sonrisa cuesta. Cuando los días acaban pesando. Cuando es más difícil de lo normal levantarse de la cama. Cuando todo esto ocurre, ¿Qué queda para seguir hacia delante? 




Está claro que la vida no es un camino de rosas. Muchas veces te irán bien las cosas pero otras veces se torcerán y costará mucho volver al sendero habitual. Andar hacia delante cuando las cosas están bien, sonreír cuando todo es fácil, no tiene ningún mérito. Lo difícil es hacerlo cuando éstas se complican.

Yo, personalmente, considero que las personas no tenemos que contentarnos con vivir por vivir. No tenemos que asumir el hecho de que estemos vivos como la verdad más natural y dejar que nuestra vida siga su curso por pura inercia. Para nada. No debemos dejarnos conducir por la vida porque entonces será ella quien nos conduzca a nosotros y, cuando tome malos caminos, caminos difíciles, será demasiado tarde para coger las riendas y volver atrás.

Por esto, creo que todos deberíamos esforzarnos en dar un sentido a nuestra vida. Encontrar la razón por la que algo tan pequeño como una persona, en un mundo con millones de habitantes, puede multiplicar su propia existencia y convertirla en algo grande. Un sentido que, a su vez, ayude a cada uno a seguir hacia delante, a luchar por lo que desea, a dar respuesta a las incógnitas que se le presenten, a avanzar pasito a pasito hasta conseguir lo que quiere .

De esta manera, encontrar el sentido a nuestra vida será la clave para ver una luz cuando todo se vuelva de color negro, será la senda que marque el camino cuando alguien se sienta perdido. Viktor Frankl decía “Quien tiene un por qué para vivir es capaz de soportar cualquier cómo” y bien sabía de lo que hablaba porque escribió esta frase mientras se encontraba prisionero en un campo de concentración nazi. Creo que esta es una de las cosas más importantes que todos debemos tener en cuenta en nuestra vida.

Así pues, estoy convencida de que encontrar una razón por la que levantarse cada día, por la que afrontar todos los desafíos y problemas, es la mejor manera de vivir. Hacer las cosas por una razón, identificar eso que nos llene de tal manera que no nos importe encontrar por el camino complicadas pruebas ya que el objetivo, el destino que queramos alcanzar, superará con creces todas las dificultades y  dolores sufridos.





El problema es que encontrarle sentido a un mundo como éste a veces no es fácil. Cuando las cosas se tuercen cuesta encontrar una razón por la que luchar. Vivimos en un mundo en el que las peores cosas les pasan a los que menos se lo merecen y, eso, a veces cuesta entenderlo. Aún así, se me ocurre que quizás definiendo el por qué de nuestra propia vida podremos ayudar a mejorar el cómo de la vida de las personas que nos rodean. 

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