viernes, 14 de febrero de 2014

De verdad

Soy muy original, lo sé. Pero hoy es San Valentín y nos guste o no nos guste, tengamos con quien celebrarlo o no, creamos que es una completa tontería o un invento del Corte Inglés, no me importa, hoy vamos a pasarnos el día oyendo hablar del amor y, por eso mismo, vais a tener que aguantarme a mí también. Y he dicho que voy a hablar del amor, no del tonteo o encaprichamiento. Empecemos a diferenciarlos que son cosas distintas.




Pues sí, hoy lo que se celebra es el amor, el amor de verdad. Últimamente oigo mucho eso de que el amor tiene fecha de caducidad, de que la vela se apaga y las cosas se pasan con el tiempo. Pues yo me opongo. Me opongo a esa idea de que el amor termina, de que las cosas tal y como llegan al cabo del tiempo se acaban yendo. No me apetece creer a los que defienden esto. A mí me apetece creer que el amor es algo que cuando llega se instala para quedarse. A veces varía, con los años cambia, las relaciones con las personas se transforman pero, lo más esencial, permanece.

Que ya sé que el amor no consiste en correr de la mano por un campo de margaritas. Lo sé. El amor requiere su tiempo. Tiempo y mucha dedicación. El amor conlleva trabajo y esfuerzo. Por esto mismo, que haya amor no quiere decir que todo vaya a ir como la seda. El amor también va acompañado de disputas, decepciones y problemas, pero lo que lo diferencia del resto de sentimientos es que es lo suficientemente fuerte como para anteponerse a todo lo que pueda surgir  y superarlo. Y no solo eso, sino que cada vez que supera una barrera se hace más fuerte.




El amor de verdad enriquece a las personas, las hace felices. Quizás lo hemos oído muchas veces pero el amor es uno de los motores que mueven el mundo. En ocasiones es importante no confundir sentimientos, el amor no es algo que surja de golpe. El amor se construye poco a poco, piedra por piedra, día a día. Pero es primordial hacer esto bien, porque si se construye sobre cimientos sólidos entonces es muy difícil que acabe. Prácticamente imposible. 

Puede que San Valentín sea una tontería porque el amor no tiene que demostrarse una vez el año, ni se demuestra con regalos. Puede que sea un invento para que consumamos más, cosa de los grandes comercios. Es muy probable. Pero bueno, digo yo que si es una excusa para que las personas que se quieren se junten y se lo recuerden pues adelante, porque el amor nunca está de más. 



6 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, porqué plasma exactamente lo que pienso yo también. Gracias por esta bonita reflexión :)

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  2. cuado sacas el libro?? jjaja genial primita genial...

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  3. ¡Vaya placer leer tu blog! ¡Y yo me entero ahora de estooooo!
    Una reflexión a esta entrada. El amor: ¿sentimiento o voluntad? ^_^
    ¡Un abrazo!

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    1. Muchas gracias Peio, me alegro de que te guste! Y las reflexiones siempre son bien recibidas ;)

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