¡Ya vuelvo! Con muchas ganas de escribir y
otras tantas muchas de compartir. Para eso está el verano, para cargar energías
y volver con mucha más fuerza. He renovado el blog durante estos meses (algo
así como mil veces). He decidido dedicarme a sacar fotos buenas y así poder subirlas.
Máquina de fotos al hombro, móvil al bolsillo, algo he ido consiguiendo…
Mar Cantábrico. San Sebastián. |
Así me gusta que sea el verano, azul. Azul
del cielo y azul del mar. Todo mezclado. Noche y día. Sombreros, bañadores y
arena. Algo así como el día en que saqué la foto, que hacía un viento tan fuerte
y había olas tan grandes que, a pesar del calor, no pudimos ni pisar la playa. Pero
era verano, estábamos de vacaciones y en buena compañía, las demás
circunstancias no nos importaban.
Y lo mejor de estos meses, sin duda, conocer
lugares nuevos. Esta vez he tenido la suerte de recorrerme Italia, de norte a sur
y de este a oeste, ¡enterita! Me encanta Italia. Todo. Cada uno de los rincones
de cada una de sus ciudades.
Esta foto es del centro de Roma, ¡quién lo
diría! Pero es que cada calle tiene algo. El italiano, ese idioma que con poco
esfuerzo entendemos, tiene algo. Y las pizzas, la pasta y los helados, tienen
algo. Lo único malo, Roma en agosto. No es la mejor época, cualquier otro mes
es muy recomendable, pero agosto… ¡Agosto es asfixiante!
Se va acabando el verano y ya lo recuerdo con
nostalgia. Y eso que, entre aires acondicionados y corrientes, me he pasado la
mitad del tiempo mala. Pero aún así, ha valido la pena. Vale la pena
viajar, hacer maletas y sacar fotos. ¡El verano vale la pena!
Pd. ¡Por primera vez todas y cada una de las
fotos de este post son mías!
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