Hoy me he levantado
de la cama con ganas, no me preguntéis de qué. Tenía ganas de trabajar, ganas
de hacer cosas, de adelantar trabajos. Ganas de salir a dar un paseo, de
sentarme al sol a leer un libro, de montar en bicicleta. Ganas de comerme un
helado, de cantar, de reír a carcajadas. Me apetecía viajar, ver las estrellas
y bailar.
Me apetecían
muchísimas cosas. De repente he tenido ganas de vivir en medio del campo y
también en una gran ciudad. He tenido ganas de seguir creciendo, de seguir
avanzando, de conocer mi futuro. De repente me ha salido sonreír porque me he
dado cuenta de que todavía no hay nada decidido, de que aún tengo todo en mis
manos y de que mi futuro aún depende de mí.
Me he dado cuenta de
que tengo la costumbre de llenar mi vida de proyectos. La lleno de sueños, de
metas e ilusiones. De todas esas cosas que me gustaría conseguir, que sé que me
harían feliz. A veces me da por cerrar los ojos y planear. Divisar el futuro,
disfrutar de él, contemplarlo y desear que llegue. Tengo claro qué es lo que me
gusta, qué se me da bien, dónde podría pasarme horas trabajando sin darme
cuenta. Sé qué es lo que quiero, lo tengo claro.
Lo difícil será
llegar a ello, pero tengo confianza en mí. Tengo confianza en que me atreveré a
hacerlo. Confío en que seguiré mis sueños, les daré una oportunidad, lucharé
por lo que espero y acabaré haciendo lo que me gusta. Sé que me voy a esforzar
y sé que lo voy a intentar. Me auto-convenceré de que sólo yo decido qué va a
ser de mí, de que valgo lo suficiente como para conseguirlo y de que las
ilusiones están para eso, para cumplirlas.
Prometo no
conformarme con lo primero que me llegue, prometo no pensar demasiado en el
dinero, ni olvidarme de los demás. Prometo seguir aprendiendo cuando acabe la
carrera, seguir llamando a mis antiguas amigas, seguir disfrutando de las cosas
de casa. Pero también prometo que voy a arriesgarme, que no me voy a quedar
parada, que voy a seguir avanzando.
Hoy no puedo prometer
que vaya a cumplir mis sueños, no puedo asegurar que vaya a alcanzar aquello
que quiero, pero sí aseguro que no voy a fracasar. A fin de cuentas, el único
que fracasa es el que nunca lo intenta y yo hoy estoy dispuesta a
hacerlo.
"El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus
sueños"
Eleanor Roosevelt
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