En el último post que subí decía que si me
vierais este mes de febrero me encontraríais disfrutando, riendo, dejándome
llevar y bailando.
Tampoco es cuestión de subir sólo idealidades al blog que reflejan una perfección que no existe ni en mi vida ni en ninguna otra. Febrero se complicó. Empezó mal y continuó a peor. Pasados unos días yo sólo quería volver a enero, estar como siempre, que todo acabara.
Odio estar mal. Supongo que a nadie le gusta,
pero es que a mí se me da especialmente fatal. Además, por si fuera poco lo
que me hace no estar bien, yo por mí misma, porque quiero estar bien, porque
necesito mejorar, porque odio estar mal, me voy hundiendo cada vez más.
Ayer alguien me decía que no puedo tener
miedo a las crisis. Que nos imaginamos vidas perfectas en las que no cabe el
dolor ni el sufrimiento, cuando eso en realidad no existe, cuando todos vamos a
pasarlo mal en un momento u otro. No tenemos que imaginarnos vidas perfectas,
sino felices. Después añadía que una crisis está superada cuando somos capaces
de dar gracias por ella.
No es fácil. No es sencillo. Yo aún no doy
gracias por este comienzo de mes, pero poco a poco todo está mejorando. Si algo
puedo afirmar es que estoy aprendiendo mucho, pensando mucho y trabajando
mucho.
A veces solamente se trata de dar pequeños
pasitos hacia delante. Pasos que cuestan mucho y avanzan poco. A veces la vida
se encarga de ralentizarnos un poco.
Yo de momento me encuentro recargando.
Pd. Hace unas
semanas se me ocurrió una nueva sección para el blog que me hace mucha ilusión.
Ya tengo todo preparado y ya hace unos cuantos días que una persona colaboró
conmigo para que saliera adelante, pero en febrero todo se complicó. Las buenas
ideas, sobre todo las que van acompañadas de buenas personas, requieren tiempo
y trabajo, así que tengo la buena noticia de anunciar que, cuando todo vuelva
un poco a su cauce, una nueva sección estará esperando en el blog con muchas
ganas de que os guste ;)
No hay comentarios:
Publicar un comentario