domingo, 7 de septiembre de 2014

Septiembre

Y, al final, tras dos meses de verano, después de las tardes de piscina, paseos por la playa, noches bajo las estrellas, helados, granizados y verbenas en el pueblo, como siempre, acaba llegando septiembre. Que no es el mes en sí, es todo lo que trae consigo. Es ese largo invierno que nos queda por delante, es otro curso entero, son los madrugones, los viajes en autobús… Todas esas cosas que hacen de septiembre un mes poco querido. Sin embargo, ahora, para bien o para mal, nos toca sufrirlo.




A mí septiembre, para qué vamos a mentir, tampoco me gusta mucho. Pero soy de la opinión de que, aunque no podamos elegir las circunstancias que nos ocurren, siempre podemos elegir la actitud con la que les hacemos frente. Por eso mismo, ahora toca darle la vuelta a la moneda y recibir este nuevo curso con un poco de optimismo, seguro que nos trae grandes cosas.

Para empezar, sería totalmente imposible disfrutar de tres meses de verano si no nos hubiésemos pasado los nueve meses anteriores estudiando y trabajando. Y es que, sólo se puede disfrutar del calor si antes has pasado frío, dormir a pierna suelta si llevas meses madrugando, apreciar los paseos por la playa cuando has vivido entre coches y edificios.

En realidad, el verano es únicamente un pequeño paréntesis en nuestro año, como un descanso. Donde verdaderamente construimos, enfocamos y dirigimos nuestra vida es en el día a día. Por eso empezar el curso no es malo, es la mejor oportunidad de seguir avanzando, porque a veces, la única manera de continuar es empezando de nuevo.




Creo que voy a tomar prestada una frase de Jean Paul Sartre que dice 

Felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace 

Nada más verdadero e importante. Es verdad que da pereza, es verdad que cuesta empezar de nuevo. Que no es el lunes, es el lunes seguido por el martes, el miércoles y el jueves, es una semana tras otra, pero es lo que ahora toca. Y, como no podemos hacer nada ante la llegada del nuevo curso, qué mejor que cogerlo con ganas.




Por eso, ya que tenemos que ir a clase, vamos a hacerlo con una sonrisa. Ya que tenemos que volver a cruzarnos con compañeros por los pasillos, vamos a saludarles. Ya que hay que empezar a estudiar de nuevo, vamos a cogerlo con ganas. Cuesta lo mismo hacer las cosas bien que hacerlas mal, cuesta lo mismo levantarse de la cama feliz que enfadado. Septiembre ha llegado pero, ya que nos da la oportunidad de elegir cómo queremos comenzarlo, vamos a hacer una buena elección. A fin de cuentas, este curso que nos llega por delante no está escrito y acabará siendo lo que nosotros hagamos de él, aprovechemos al máximo esta oportunidad.


“Y que septiembre no nos quite la ilusión jamás”



2 comentarios:

  1. Gracias por esta entrada. Visto de esta manera es más fácil llevarlo a cabo, y comenzar de nuevo. Ánimo a ti también

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  2. y que septiembre no nos quite la ilusión... =D

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